El proyecto de la Escuela Infantil y la Haurreskola de
Zaldibar intenta dar respuesta al programa solicitado haciendo un cuidadoso estudio de su implantación y de su
inserción dentro del patio de la actual escuela, de su funcionamiento, de una
elección austera de sus materiales, un preciso estudio de los tiempos de
construcción de la obra y un sutil estudio
de la luz natural, utilizando a esta como un material más que construye
los espacios.
Las aulas se
proyectan iluminadas por un patio de 3x3 metros, buscando un espacio
adecuado para el descanso y el juego sin que existan perturbaciones del
exterior. La luz y el color serán
protagonistas del aula, entendiendo que son éstos precisamente los primeros estímulos
que recibe un niño al nacer. En torno al patio estará el espacio del
cambiador y la bañera. Ambos se diseñan
como un espacio cerrado por un vidrio, permitiendo siempre que la cuidadora pueda ver todo el aula desde
este espacio. A continuación se dispone un pequeño espacio de cocina, con microondas,
frigorífico, lavavajillas y fregadero. Este espacio estará abierto y protegido
por una pequeña cancela de la altura de la encimera de acero inoxidable.
En la zona de la Haurreskola se disponen las cuatro aulas
en torno a un espacio multifuncional
que permite la ampliación de las aulas.
Cada aula se abre a este espacio a través de una puerta corredera de
policarbonato de color, que permite el paso de la luz a las aulas que proviene
de los dos lucernarios que iluminan el espacio multifuncional. La disposición
de este espacio permite que a él pueda estar abierto un solo aula, dos aulas,
tres aulas o las cuatro aulas en función de las necesidades del centro. Esta versatilidad en el uso de las aulas
permite incluso que con las cuatro aulas abiertas, este espacio se pueda
convertir en una pequeña sala donde se muestre las manualidades y los trabajos
realizados durante el año.
El diseño de los dos edificios permite construir en la
fase I la escuela infantil y la urbanización del patio, y en la fase II la
Haurreskola. Los dos edificios tienen entradas
independientes y patios de juego
cerrados e independientes. Una
vez construidos los dos edificios,
el diseño permite que ambos se integren
conceptualmente en un solo volumen, dotando a éste de una escala
apropiada para este tipo de edificio. Asimismo se posibilita que si las
direcciones de ambos centros entienden que los dos edificios pueden funcionar
mejor comunicados por dentro, la disposición de los espacios lo permite,
simplemente habría que unir los dos vestíbulos. De esta manera la sala de
profesores, la dirección y el resto de espacios pueden ser utilizados
indistintamente por los dos centros, incluso los vestuarios se podrían
diferenciar por sexos.